jueves, 28 de diciembre de 2017

LUZ QUE MUESTRA OSCURIDAD

Imagen tomada de primaluce.es
Si el objetivo de las elecciones catalanas era el de poner algo de luz en las penumbras, vaya si lo ha conseguido. Una claridad que ha parido una curiosa paradoja: no ha servido para despejar el panorama político en Cataluña; más bien, lo ha oscurecido ya que el resultado ha sido como apretar la tecla ‘standby’ en un viejo reproductor.
Claridad, ya digo, sí han aportado las urnas. Han ejercido un loable papel en el ejercicio de desenmascarar buenas dosis de impostura. Resulta que los independentistas, con menos votos que los ‘unionistas’, tienen más escaños en el ‘Parlament’. Y estos, ¡qué cosas!,  se lamentan de un hecho tan injusto. Los mismos principios legislativos que han servido para que PSOE y PP, tanto monta, cimentasen sus mayorías durante cuatro decenios, ahora, que les viene mal, son puestos en entredicho. En 2011, por ejemplo, con menos de siete veces más de votos, el PP obtuvo una representación diecisiete veces mayor que IU.

Resulta, también, que Ciudadanos ha sido declarada como la gran triunfadora de los comicios. Se utiliza la expresión ‘ha ganado las elecciones’. Expresión poco afortunada cuando nos regimos por un sistema parlamentario donde los gobiernos no se deciden en las urnas. Los votos dan cartas para jugar una partida, sin más, y no gana el que tiene más cartas sino el que puede hacer mejor juego. Ciudadanos, en realidad, solo ha vencido al resto de las fuerzas de su espectro político. No es poco, pero no es ganar. Eso sí, su resultado tendrá más efecto fuera de Cataluña. Desde ya es el recambio para un PP gastado que, más que solución, se había convertido en un problema para muchos a los que ahora podemos considerar sus antiguos votantes.
Por último, resulta que el partido de Ada Colau es nítidamente unionista ya que en todas las sumas, a los votantes de su fuerza política, se les coloca en ese lado del espectro. Parece que se les ha olvidado, por ejemplo, entre miles, cuánto insultaron a Gerardo Pisarello, teniente de alcalde de Barcelona, por una foto mal explicada en la que aparecía retirando una bandera española del balcón del Ayuntamiento. Entonces eran malvados separatistas.

Un hecho sí que es incuestionable, en los tira y afloja de banderas, por no saber o por no poder, la izquierda siempre termina arrinconada, echada a un lado desde donde, al parecer, solo le cabe mirar. 

Publicado en "El Norte de Castilla" el 28-12-2018 

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